Compartir recorridos optimizaría beneficios ambientales en Día sin carro y sin moto
- Comunicación Institucional
La bicicleta y el transporte público colectivo son los principales medios de sustitución modal a los que recurren los ibaguereños durante el Día sin carro y sin moto. Así se desprende del estudio adelantado por docentes y estudiantes investigadores de la Universidad de Ibagué, en el que se aplicaron encuestas y conteos en tres de los puntos más neurálgicos en movilidad en la capital del Tolima.
Según el informe, aplicado en la avenida Ambalá con calle 60, la avenida Quinta con calle 43 y la avenida Quinta con calle 15, entre un día normal y un día con restricción vehicular 31% más de los ciudadanos recurre a medios no motorizados para desplazarse, mientras que 7% más lo hace empleando transporte público individual.
En el comparativo entre un día sin carro y una jornada habitual, destaca el hecho de que el transporte público colectivo sea la única alternativa disponible que se reduce en un 5%.
Según el estudio, la mitad de las personas que regularmente usan bicicleta continúan haciéndolo en un jornada con restricción como la que se desarrollará este miércoles, mientras que el 50% restante lo sustituye por transporte público colectivo y recorridos a pie.
Mientras tanto, del total habitual de usuarios de transporte público colectivo, la mitad continúa recurriendo a esta alternativa, en tanto que 24% opta por caminar y 16% emplea la bicicleta como medio para movilizarse.
Sobre los usuarios de vehículos particulares y motocicletas, con el informe se permite establecer que en el primer caso, 38% sustituye su medio habitual de transporte por el taxi, 38% más prefiere caminar y un 23% apela al transporte público colectivo. Los motociclistas, por su parte, en un 51% reemplazan su automotor por transporte público colectivo, bicicleta (21%), desplazamientos a pie (19%) y 2% en taxi.
Más volumen limita efectos positivos
En impacto ambiental y beneficios sobre el medio ambiente, las mediciones reflejan una disminución del 32% en las emisiones de CO2 y 17% en material particulado, resultados que podrían mejorar si se optimizara la oferta disponible en la flota de transporte público individual y colectivo.
Es de anotar que en las horas pico, en un día sin carro, el volumen vehicular -que no traduce más automotores, pero sí más frecuencias en circulación-, para el caso de los taxis, se incrementa en 73% en la mañana y 127% en la tarde, mientras que en buses y busetas el incremento es del 95% solo en las mañanas.
Los camiones que no son objeto de restricción aumentan su volumen en 52% (a.m.) y 244% (p.m.), lo que, en suma, explicaría por qué no se logran reducciones más notorias en la emisión de contaminantes atmosféricos.
Compartir recorridos
El transporte público individual y colectivo desempeña un papel fundamental en la movilidad de los ciudadanos durante las horas de restricción a particulares y motocicletas. Los taxis movilizan a 20.806 pasajeros, en tanto que buses y busetas transportan a alrededor de 59.290.
Sin embargo, cuando se revisa el promedio de pasajeros por vehículo, en el caso de los taxis, este indicador apenas llega a 1.16 por cada viaje, es decir, menos de dos pasajeros, lo que sugiere una oportunidad para pensar en compartir recorridos.
Respecto al transporte público colectivo, el promedio es de 17.5 personas por automotor.
Observaciones
En la rueda de prensa cumplida este lunes, previo a la celebración del primer Día sin carro y sin moto de 2019, el profesor Juan Guillermo Zuluaga, uno de los coautores del estudio, sostuvo que “la ciclovía es una muy buena herramienta para fomentar el uso de vehículos no motorizados como la bicicleta”.
A partir de allí, se sugiere aumentar los horarios de ciclovías, para que los biciusuarios se sientan más seguros, al igual que regular las velocidades del transporte público colectivo, que ayuda a la coherencia entre todas las formas de movilidad.
Otra recomendación para los conductores de busetas radica en “no exceder las velocidades permitidas, de 30 km/h; si tienen el cupo, no sigan recogiendo pasajeros, porque se hará menos atractivo, cómodo y seguro el servicio; si siguen andando a velocidades altas, es como si se incrementara la guerra del centavo y se hará difícil la interacción de peatones y ciclistas con el transporte público”.
Entre las sugerencias también se cuenta organizar el transporte público en función de una ruta con busetas más grandes y que se enfatice en troncales, como las avenidas Quinta, Ambalá y Guabinal. “Como las personas tienen la mentalidad de caminar, salgan, tomen la ruta y lleguen lo más cerca a su destino”, añadió.
Respecto al uso de medios alternativos, aseguró que “ha habido mejor conciencia ambiental en estos años y eso se ve muy fomentado por el hecho de una ciclorruta. Si damos el espacio a las personas de usarla, se sentirán más seguras. Si es una persona insegura, pero sabe que en la ciclorruta se siente bien y que no tendrá conflicto con los vehículos, puede salir en su bicicleta al trabajo en este espacio exclusivo”.